02 agosto 2009

Hábito de Monje


Los monjes siempre se han caracterizado por sus ropas austeras y de colores pardos, elaboradas con tejidos rústicos de lana o algodón. La indumentaria de esta clase social ha sufrido pocas transformaciones a lo largo de los siglos. Generalmente se compone de una túnica o hábito holgado y de mangas amplias, el cual suele incorporar una capucha, la cual sirve para proteger al monje de las inclemencias del tiempo tanto en sus peregrinaciones como en el día a día, a la hora de desempeñar sus labores monacales.
La evolución más notable en este atuendo se dió en el color de las prendas, ya que se usó para diferenciar unas órdenes religiosas de otras.

Nuestro traje de monje está compuesto por una túnica de mangas vueltas, una capucha y un escapulario, todos ellos confeccionados en sarga de algodón.